viernes, 30 de mayo de 2014

Mi primera follada anal

Hola me llamo Julián y tengo 26 años. Soy entrenador personal en un gimnasio pequeño de un barrio de Bilbao (España). Soy moreno con los ojos marrones, mido 180 cm y mi cuerpo es musculoso por mi trabajo y afición al Gym. Tengo una polla bien rica de unos 18 cm y los huevos rasurados.

Mi historia comienza cuando conocí a Diego en el gimnasio. Media casi lo mismo que yo, también era moreno pero tenía los ojos negros, se notaba que no necesitaba ayuda para entrenar porque tenía un cuerpo muy musculado pero me acerque a él para presentarme y enseñarle las instalaciones.

- Hola buenos días, soy Julián el entrenador de la sala – Me presente ofreciéndole mi mano.
- Hola Julián, yo soy Diego y quería información sobre vuestros precios y servicios – Respondió estrechándomela.
- ¿Tú no eres de aquí no? – pregunte al notar un acento diferente en su forma de hablar.
- No, soy de Cádiz – Contestó.

Le enseñe la sala de entrenamiento y cuando le comente los precios que teníamos no dudó en rellenar la ficha de inscripción y en pagar la matrícula.

- Oye Diego ¿porque te has mudado a Bilbao? – pregunté mientras guardaba su ficha con las del resto de socios.
- Mis jefes me han trasladado a las oficinas de Abando – respondió con un poco de pena.
- ¿Y conoces a alguien en la zona?
- Bueno ahora a ti – dijo riéndose.
- Pues si quieres yo termino de trabajar en una hora ¿Por qué no pruebas las maquinas y cuando termine nos vamos a tomar algo? – Le propuse sin pensar en que nos acabábamos de conocer ya que no me gusta ver a la gente sola.

El aceptó mi invitación y se puso a entrenar mientras yo terminaba mi jornada laboral. Cuando terminé, los dos fuimos a los vestuarios a darnos una ducha y ponernos ropa limpia. Fue la primera vez que lo vi totalmente desnudo y como ya suponía tenía un cuerpo musculoso y una  polla de muy buen tamaño con los huevos rasurados igual que los míos y un poco de bello en la base. Cuando aparte la mirada vi que él también me estaba echando una mirada de arriba abajo pero no le di importancia porque el que diga que no mira en los vestuarios para comparar miente.

Nos vestimos y fuimos a un bar que hay al lado de mi casa, nos pedimos unas birras y empezamos hablar de varios temas sin importancia hasta que ya con unas copas de más empezamos hablar de temas interesantes.

- Bueno y ¿en Cádiz no tienes novia? – pregunté con curiosidad.
- Si, pero la distancia me parece que va hacer que lo dejemos, necesito contacto – respondió riéndose - ¿Y tú tienes novia?
- Desde hace un par de años – respondí – pero si tanto contacto dices que necesitas cuenta conmigo para irnos a buscar zorritas – dije con una sonrisa picara.
- Esta bien saberlo, lo tendré en cuenta ¿pero tu novia no se enfadara?
- No se entera, le puesto los cuernos un montón de veces – dije mientras sin saber porque echaba un vistazo a su paquete, que por cierto estaba muy marcado en los vaqueros.

El se debió de dar cuenta que lo miraba porque nada más levantar la vista dijo

- Joder tío, no sé si serán las birras de más que nos hemos tomado o la conversación pero se me está poniendo dura – comento sin cortarse un pelo.
- jaja – reí – Ya veo tío, la verdad es que yo también estoy poniéndome un poco burro – dije mientras me sobaba el paquete.
- Bueno pues mejor cambiamos de tema a no ser que quieras terminar empotrado contra la mesa – dijo mientras se reía.
- Que cebado eres macho – dije también entre risas.
- ¿Alguna vez has tenido algo con otro hombre? – preguntó.
- Que va, bueno cuando era un chaval me pajeaba con mis colegas, hacíamos competiciones para ver quien se corría antes – respondí entre cortado y curioso por saber a donde quería llegar Diego - ¿y tú?
- Pues siendo sincero yo tengo un colega en Cádiz con el que alguna vez sí que me pajeado, una vez incluso nos la llegamos a comer el uno al otro – Comentó.
- Ostia – dije impactado - ¿Y cómo es que te la coma otro tío?
- Pues mi experiencia me dice que la comemos mejor que las tías, pero para salir de dudas deberías probarlo – dijo mirándome el paquete.
- Bueno bueno vamos a dejar el temita – me apresure a decir porque me estaba poniendo realmente cachondo - Te invito a cenar a casa tío, vamos a por unas pizzas – propuse y el acepto mi invitación otra vez.

El camino a casa fue muy tranquilo, se notaba que los dos estábamos algo borrachos por la cantidad de birras que nos aviamos tomado y calientes por la conversación que aviamos mantenido pero no volvimos a mencionar el tema.

Cenamos viendo una peli y hablando descubrimos que a los dos nos gustaba mucho el cine. Cuando la peli termino decidí enseñar a Diego la colección de películas que tenía en el ordenador.

- Tienes pelis muy guapas tío, sobretodo estas de aquí – señalo a las películas porno que me avía descargado hacia unos días.
- No me acordaba de que tenia eso ahí – dije muerto de la vergüenza.
- ¿Nos vemos una? – dijo Diego, y sin esperar respuesta empezó a reproducir una de ellas.

La peli era una entrevista de trabajo con una rubia tetona que terminaba fallándose al entrevistador, que tenía un pollón de al menos 21 cm, para conseguir el puesto de trabajo.

- ¿Te importa que me la saque? – pregunto Diego con cara de excitación.
- No, yo también quiero dejarla libre tío – respondí mientras me desabrochaba los pantalones.

Mientras veíamos la peli no podía evitar echar una ojeada a la polla de Diego.

-¿Te gusta mi polla o qué? – preguntó. Parecía que se había dado cuenta y yo no pude evitar ponerme nervioso – Tranquilo hombre es normal, tu también tienes una buena polla.
- Gracias – dije y acto seguido sin poder creérmelo tenía la mano de diego agarrando mi polla.

Me ponía muchísimo ver cómo me estaba pajeando otro tío y me pareció una suerte que él no quisiera que yo le hiciera lo mismo.

- ¿Qué te parece si nos dejamos de tonterías y echamos un polvo como dios manda? – preguntó, y una vez más sin esperar contestación se empezó a desnudar.

Entre las dudas y los nervios no logre articular ninguna palabra y antes de que me pudiera dar cuenta Diego ya estaba tirado encima de la cama de mi dormitorio. Decidí que llegados a ese punto tenía que probar lo que era tener sexo con otro hombre así que termine de desnudarme y me acerque a la cama.

 Al principio solo nos sobamos un poco, Diego tenia la piel muy suave y ardiendo pero al de un rato me agarró la mano y me hizo agarrarle el rabo mientras él hacía lo mismo con el mío. Nunca había masturbado una polla que no fuera la mía y la verdad es que no me desagradaba, parecía que se me daba bien por la cara que ponía Diego y él la verdad que tampoco lo hacía nada mal.

- Ponte de pie – me ordeno y yo obedecí.
- ¿Qué vas hacer? – pregunté.

Pero no hizo falta que me respondiera, en cuanto me puse de pie encima de la cama él se incorporo y empezó a chuparme la polla como lo haría una autentica profesional. Hacia el movimiento perfecto, le gustaba chuparme la punta y eso me encantaba, era capaz de tragársela entera aunque le provocara unas arcadas que hacían que yo me excitase mas. Mientras me chupaba la polla no dejaba de sobarme el culo, me lo apretaba y masajeaba, rozaba mi ano con sus dedos y eso me estaba excitando demasiado.



- Diego, para que al final me corro – le dije mientras me alejaba un poco.
- Vale, te toca tío – dijo incorporándose.

Yo me agache sin pensarlo mucho porque estaba muy excitado y aunque nunca había chupado una polla antes no pude evitar mirar el rabo de Diego con deseo y empecé a chupárselo. Primero lo hice despacio, empecé por la punta y poco a poco iba metiéndomela mas asta el fondo. Diego tenía la polla durísima y ardiendo, la experiencia de comerme un rabo me estaba gustando más de lo que me hubiera imaginado y poco a poco fue aumentando la velocidad de mi mamada mientras Diego gemía cada vez más fuerte.


- No me creo que nunca hayas chupado una polla antes – dijo entre gemidos – que bien lo haces.

Yo no le conteste, seguí comiéndole el rabo más enérgicamente asta q me empujó hacia atrás y me levanto las piernas.

- ¿Qué haces? – pregunté.
- ¿A ti que te parece tío? Voy a romperte el culo – respondió y acto seguido me escupió en el año y empezó a meter un dedo.
- No sé si quiero tío, ummm, para – supliqué pero el solo rió.

Pero Diego no paró, siguió metiendo más dedos. Ya me entraban tres dedos sin ningún esfuerzo y aunque me dolía también sentía mucho placer.

- Joder cabrón que culo mas tragón tienes, estoy deseando fallármelo ¿Estás listo?
- Si, fóllame – respondí con miedo a lo que me venía.

Entonces Diego escupió en mi culo y acerco la punta de su polla, estaba muy nervioso ese pollón iba hacerme daño pero quería que me la metiese. Jugueteo un poco con su polla en mi ano pero no tardo mucho en metérmela. Pensaba que al no haber hecho eso antes tendría consideración e iría despacio al principio pero él no pensó lo mismo. Me rompió en dos, empezó a follarme a lo bestia sin hacer caso de mis gritos de dolor aunque también de placer. Me tenía abierto de piernas boca arriba fallándome sin parar mientras yo me masturbaba. Nunca había sentido nada igual, aunque con cada sacudida Diego me rompía en dos cada vez me gustaba más.

- ¿Te gusta?- le pregunté ya que el no decía nada.
- Sí, claro que me gusta, tienes un culo muy rico – respondió – ¿Y a ti te gusta?
- Me encanta tío, quiero que me des más fuerte - Fue dicho y hecho, Diego empezó a follarme brutalmente.


Estuvo un buen rato sin parar y de repente note que unos chorros calientes, uno detrás de otro, me inundaban por dentro. El cabrón se había corrido sin avisarme pero no me importó, yo también quería correrme así que le tumbe encima de la cama y le puse la polla en la boca.

- Chúpame la polla tío que estoy a punto de correrme – le dije aunque antes de terminar de decírselo ya tenía mi rabo en su boca.

No tarde mucho en correrme y llenarle la cara de leche porque el tío la chupaba de lujo.


Cuando terminamos Diego se vistió y se marchó. La despedida había sido muy fría, apenas hablamos mientras que se vestía pero pensé que ya tendríamos oportunidad de hablarlo cualquier día en el gimnasio.

Al día siguiente Diego no apareció por el gimnasio y ningún otro día. Yo no he vuelto a tener sexo con ningún hombre y no creo que lo tenga otra vez.


domingo, 18 de mayo de 2014

viernes, 16 de mayo de 2014

Vino a por trabajo y le eché un polbazo

Hola me llamo Ernesto, tengo 32 años, mido un metro ochenta y cinco, tengo el pelo castaño, los ojos color miel y un cuerpo musculoso porque me gusta ir al Gym.

Tengo que decir que antes de esta experiencia nunca había tenido sexo con otro hombre, me considero totalmente hetero pero llevaba mucho tiempo sin una buena follada y estaba realmente cachondo.

Soy el encargado de una empresa de modelaje, tanto masculina como femenina, y tenemos abierto un casting para captar caras nuevas.

Todo empezó el miércoles por la mañana cuando este chico entre por la puerta de mi despacho para hacer la entrevista.

- Hola bueno días – dijo educadamente.
- Hola siéntate por favor – respondí - ¿Eres Erick verdad?
- Si – respondió.

Se notaba que estaba nervioso, era un chico de estatura media, guapete, con el pelo castaño y los ojos marrones. Parecía tener buen cuerpo pero no daba el perfil que estábamos buscando en ese momento.

-¿Has rellenado la ficha con tus características? – Pregunté mientras él me pasaba un folio con todas sus medidas – Esto está muy bien Erick, pero por lo que pone aquí solo tienes 17 años y no trabajamos con menores de edad – dije mientras me ponía en pie y me acercaba a él. – Pero cuando tengas 18 ven otra vez porque estaremos encantados de hacerte otra prueba.

Erick se puso de pie y se acerco a mí.

- Cumplo los 18 dentro de muy poco tiempo, hágame la prueba por favor -  dijo mientras ponía una mano sobre mi paquete.
- ¿Qué haces chaval? – Dije apartándole de mí – Vete ahora mismo de aquí.

Pero en vez de irse se quedo mirándome el paquete, fue entonces cuando me di cuenta que tenia la polla dura y que se marcaba perfectamente sobre mis pantalones.

Hace mucho tiempo que no echas un polbo, está claro que este tío me ha puesto como una moto y solo me ha tocado un segundo ¿Qué pierdo por probar a follarme un tío? Pensé.

Erick volvió a acercarse a mí, pero esta vez no me toco el paquete, esta vez me dio un beso, un beso que yo le correspondí. Al principio me sentí un poco incomodo pero después de dos besos empecé a sentirme tan a gusto que para cuando quise darme cuenta Erick ya me avía descamisado y desabrochado el pantalón.

Me sorprendía lo cómodo y cachondo que estaba así que decidí dar un paso adelante y dejar a Erick con el torso descubierto. El chico no estaba nada mal, aunque en general era más pequeño que yo se notaba que se cuidaba, tenía unos pectorales trabajados y unos abdominales bien definidos.

Seguimos desnudándonos poco a poco, se notaba que él estaba igual de cachondo pero también parecía algo nervioso ¿También sería su primera vez con otro hombre? ¿O sería su primera vez? No quise preguntarle porque todo iba muy bien.

El ya estaba en bóxers y se le marcaba una buena polla, yo me quite los pantalones y como no uso ropa interior mi erección quedo al descubierto en su totalidad.

- Ostia que pollón tiene – dijo mientras me miraba la polla - ¿Puedo probarla?
- Claro, chupa todo lo que quieras – conteste mientras el bajaba y se metía mi polla en la boca.

Aunque mi polla no mide más de 17cm es muy gorda, era tan gorda que apenas entraba en la boquita de Erick. Él empezó a chupar de arriba abajo como si fuese un polo, le encantaba jugar con mis pelotas mientras se comía con ansia todo mi rabo.

- Que bien lo haces chico – dije mientras le agarraba la cabeza con el pelo.
- Gracias señor – respondió mientras seguía chupando.
- ¿Me dejarías romperte el culo? – pregunté.

El tardo un rato en responder por lo que supuse que diría que no.

-  Vale – respondió.

 Yo estaba flipando, me apetecía mucho meter la polla en un agujero calentito pero ¿realmente quería hacerlo con otro hombre? Él se acercó a un sofá que había en mi despacho, se quito los bóxer y por fin le pude ver totalmente desnudo. Tenía un rabo de unos 15cm y bastante más fino que el mío, estaba totalmente depilado lo que le hacía parecer un niño pequeño. Todas mis dudas se disiparon cuando se subió a cuatro patas encima del sofá y puso su culo en mi dirección. Era un culo perfecto, pequeñito y totalmente pelado.

Ya no tenía dudas, quería follármelo así que me dirigí al sofá y empecé a comerle el ano. Estaba muy caliente y le palpitando con ganas, como si estuviera pidiendo rabo.

- Ohh señor, que bien, me encanta – dijo entre gemidos.
- Tienes un culo muy rico – conteste sin dejar de chupar – voy a pegarte la pedazo follada.
- Uf estoy deseándolo, pero hágalo con cuidado – pidió – nunca me han follado.

Entonces yo estaba en lo cierto, o nunca había estado con otro hombre o era virgen. Saber eso que mi rabo sería el primero en entrar en ese culito me puso mucho más cachondo así que no me entretuve mucho más chupándolo y me prepare para metérsela.

Puse mi polla entre sus nalgas, la restregué y me moví como si ya le estuviera follando.

-Métamela ya por favor – suplicó.

Se notaba que estaba deseando que lo follara, movía el culo como una perra en busca de mi rabo. Agarre mi polla con una mano y con la otra le sujete para que se estuviera quieto, acerque mi polla a su ano y fui introduciéndosela poco a poco.

-Que culito más prieto tienes chaval – dije mientras seguía metiéndosela. Él no decía nada solo gemía.

Con la polla dentro le agarre y le lleve a la ventana de mi despacho, hice que se apoyara en el saliente de la ventana y yo me quede de pie. Ahora podría follármelo mucho mejor, continué despacio durante un rato hasta que note que el momento de la corrida estaba cercano.

Empecé a follármelo mucho más rápido y fuerte, él no paraba de gemir, su cara me decía que aunque le dolía le estaba encantando y eso me gustaba.

Seguí follándomelo un rato contra el cristal de la ventana mientras veíamos como pasaban los peatones por la calle hasta que no pude aguantarme más y con unas fuertes sacudidas me corría dentro de él.

- Que culito más tragón tienes – dije mientras sacaba mi polla.
- A estado muy bien señor – dijo - ¿me ara la prueba para el trabajo? – Preguntó mientras se limpiaba mi corrida de su culo.

No sabía que responder, no me había dado cuenta de que la única razón por la que el chico había dejado que lo follase era conseguir el trabajo ¿Cómo podía haber sido tan tonto?

-Si – contesté.

No podía arriesgarme a que contara lo sucedido así que termine haciéndole la prueba y contratándolo. No me quejo de la experiencia, la verdad que me gustó mucho y estoy deseando repetirlo con más gente.



Mi padre me folla cuando no esta mi madre

Mi padre aprovecha que mi madre no esta en casa para enseñarme lo que es echar un buen polvo

martes, 13 de mayo de 2014

Mi nieto viene a por la pasta de dientes pero le doy otra cosa

Hola mi nombre es Andrés, soy un hombre de 73 años, tengo el pelo canoso y los ojos marrones. Mido  un metro ochenta y aunque no tengo un cuerpo muy marcado, para mí edad no está nada mal gracias a mi trabajo en el ejército.

Estoy felizmente casado y tengo tres hijas y 4 nietos, tres chicas y 1 chico. El chico se llama Manuel, es mi preferido porque yo siempre quise un niño en la familia con el que poder jugar a fútbol, llevármelo de pesca y poder enseñarle mi profesión.

Manuel es un joven de 19 años, es moreno y tiene los ojos negros, mide un metro setenta y cinco y está hecho un cachitas. Es muy cariñoso desde que era niño, pasábamos mucho tiempo juntos pero desde que se fue a la universidad a estudiar ciencias deportivas apenas nos vemos.

Un día recibí una llamada de teléfono, era Manuel, me decía que tenía una semana libre después de los exámenes y quería saber si me apetecía pasarla con el pescando. Yo obviamente le dije que sí.
Llego la semana tan esperada, Manuel vino a buscarme por la mañana, estaba muy guapo. Después de pasar la mañana en casa con su abuela poniéndonos al día, decidimos que ya era hora de irnos a la casa en la que pasaríamos el resto de la semana.

El viaje duró unas horas en las que pudimos seguir ablando de los estudios y de cómo le iba la vida en la universidad. Me pareció que había madurado mucho desde la última vez que nos veíamos.

Cuando llegamos a la casa ya eran las ocho de la tarde, estaba empezando a oscurecer así que decidimos preparar los bocadillos y los utensilios de pesca rápidamente y marcharnos al rio para empezar a pescar. Yo ya estaba preparado pero Manuel no terminaba de salir de su habitación así que decidí ir a buscarle. La puerta de su habitación estaba un poco abierta, no sé porque pero me acerque sin hacer ruido y al mirar por el hueco de la puerta pude ver a mi nieto totalmente desnudo cambiándose de ropa, estaba más fuerte que la ultima ve que le vi desnudo y su pene ya no era el de un niño. Mi polla reacciono y se empezó a poner dura ¿me estaba poniendo cachondo? Era mi nieto ¿Cómo podía ser que me excitara con mi propio nieto? El dirigió la mirada a la puerta y se dio cuenta que estaba al otro lado.

- Puedes pasar abuelo – dijo sin ningún tipo de pudor poniéndose unos boxers.
- Lo siento Manu, no pretendía espiarte pero venía a decirte que te dieras prisa y como te visto desnudo no he querido incomodarte.
- Tranquilo abu no pasa nada, ni que fuera la primera vez que me ves desnudo – dijo con una sonrisa – ¿As preparado todo lo necesario para pescar?
- Si ya está todo listo – respondí aun avergonzado.
- ¿Abras metido birras para los dos no? Que ya no soy un niño y puedo beber.
- Si claro que sí, ya eres todo un hombre – respondí pensando en su pene.

Nos fuimos al río a colocar todo lo necesario para la pesca, charlábamos muy animadamente, parecía que realmente no le había importado que le viese desnudo porque no pareció estar incomodo en ningún momento del resto de la noche.

Ya eran las dos de la madrugada y después de tantas horas hablando y bebiendo los temas de conversación empezaban a ser un poco más picantes de lo habitual. Primero estuvimos hablando de nuestras primeras veces, yo le conté que mi primera vez fue con la panadera del pueblo donde crecí y el que la suya fue en los baños de una discoteca. Yo me estaba poniendo muy caliente y el parecía estar igual. Seguimos hablando un rato sobre sexo pero de repente nos callamos y al de un rato preguntó:

- ¿Oye abu que te ha parecido mi rabo? – preguntó mientras se sobaba el paquete.
- La verdad es que no está nada mal Manu pero el mío esta mejor – respondí sobándome también mi paquete
- ¿Pero a ti se te sigue poniendo dura?
- Pues claro chaval – dije un poco molesto – lo que pasa que tu abuela ya no le da uso.

Los dos reímos y seguimos con nuestras charlas calientes un rato más. A las tres de la mañana decidimos que ya era una buena hora para irnos a dormir, al día siguiente seguiríamos con la pesca. Al llegar a la casa yo me fui directo a mi habitación, empecé a desnudarme y me quede solo con el slip, seguía teniendo la polla dura por culpa de la charla con mi nieto.

Estaba a punto de deshacer la cama para meterme y hacerme una paja cuando mi nieto entro por la puerta.

- ¿Abu tienes pasta de dientes? – preguntó.
- Eh.. si que tengo – respondí intentando tapar mi erección. Manu solo tenía puestos los bóxers y parecía que también seguía cachondo. Me di cuenta de que estaba mirando mi paquete. – ¿Qué miras Manu?
- Lo mismo que me estas mirando tu a mi – respondió con una sonrisa.

Se acerco a mí y me beso en la boca. Yo no me aparte, me estaba gustando, hacía tiempo que nadie me besaba así. No pensé en ningún momento que lo que estábamos a punto de hacer estaba mal ni que Manu aparte de un hombre era mi nieto, solo deje que la situación fluyera.

Manu me lanzo sobre la cama y se coloco encima de mí, nos volvimos a besar una y otra vez, mi polla me iba a reventar, me encantaba la situación en la que estábamos pero quería más.

- Manu haz una mamada a tu abuelito anda, que tu abuela nunca me ha querido hacer una – dije sin miedo a que mi nieto se negase.
- Nunca he mamado una polla no sé si lo haré bien – respondió él.

Manu empezó a bajar lentamente besando mi torso, mi abdomen hasta llegar a mi paquete. Empezó a lamer mi polla por encima del slip, él parecía estar muy caliente pero seguro que no tanto como yo.

-Umm venga Manu sácame la polla y pórtate bien con tu abuelo – dije deseoso de que mi nieto empezara a mamarme la polla.

Manu no dijo nada simplemente me agarro la polla y la saco del slip.

- Joder abu no sé si podre comérmela entera – dijo mirando mi polla – no creo que me entre.
- Empieza poco a poco y ya verás como al final te la comes enterita.

Empezo a chuparme la polla despacio, muy suavemente, me encantaba, no podía creer que fuera su primera mamada lo hacía de vicio. Estuvo chupándomela un buen rato, parecía que chupármela le gustaba tanto como a mí que me la chupara, lo hacía tan bien, no me podía creer lo que me avía perdido toda mi vida. ¿Qué más cosas me abría perdido?

Manu se incorporo y acercándose a mi rostro me besó mientras me quitaba los slips y luego sus bóxer. Yo aproveche ese momento para tocar una polla que no fuera la mía por primera vez. Cuando toque la polla de mi nieto me puse más cachondo todavía, era una polla dura y caliente, notaba como palpitaba en mi mano.


No estuvimos mucho rato besándonos y sobándonos porque Manu parecía tener otro tipo de intenciones.

- Abu quiero que hagas conmigo todo lo que no puedes hacer con la abuela – dijo mientas me daba la espalda – seguro que la abuela tampoco te ha dejado que le folles el culo.
- Tienes razón, no me ha dejado – respondí - ¿seguro que quieres que tu abuelo te folle?
- Estoy seguro abu, quiero complacerte.

Sin pensárselo dos veces al ver que yo dudaba sobre si lo que íbamos hacer sería demasiado Manu me agarro la polla y empezó a restregársela por todo su culo. Yo no hacía nada era él el que tenía el control. Empezó a sentarse despacito de espaldas a mi introduciéndose la polla poco a poco pero al cabo de un rato ya tenía toda la polla introducida y el gemía como un loco, no sé si de placer o de dolor. Me encantaba ese agujerito prieto y calentito sin duda alguna era el mejor polvo que avía echado en mi vida. 

-Joder Manu que culito más rico tienes, como sigas así voy a correrme dentro de muy poco.
- Pues voy hacer que tengas la mejor corrida de tu vida abu – dijo y empezó a moverse más rápido haciéndome sentir un placer incontrolable que termino haciendo que me corriese como nunca antes lo había hecho.

Sin dejar que me levantara Manu se me tiró encima y empezó a chuparme otra vez la polla. Lo hacía tan bien que la erección no bajo ni un milímetro.
Los dos teníamos ganas de más así que esta vez fui yo el que dio el primer paso y coloque a mi nieto a 4 patas encima de la cama.

Tenía un culo tan bonito, el culo más bonito que jamás había visto. Al ver ese ano palpitante tan de cerca seguí el impulso que me decía que lo chupara. 

- Dios que culo más rico tienes – dije a Manu mientras le chupaba el ano y el no dejaba de gemir.
- Fóllame otra vez abu – suplicó – estoy muy caliente.
- Estas hecho todo un vicioso – dije mientras me incorporaba – voy a pegarte tal follada que no vas a poder salir de casa en toda la semana.
- Si abu sii ahh – gimió mientras le metía toda la polla de golpe– joder que bien lo haces. 


No podía parar de follarme a mi nieto, cada vez era mejor, cada vez mas gusto, cada vez más morbo. Le di la vuelto y empecé a follármelo mirándolo a la cara. Eso era todavía mejor, podía ver la cara de placer de Manu, era tan guapo y estaba haciendo que nos lo pasáramos tan bien. 

Mientras seguía fallándomelo él se pajeaba con muchas ganas, pensaba que no le quedaría mucho para correrse y así fue al de unos poco minutos.

- Abu no puedo más, me corro – dijo mientras se pajeaba aun más rápido.
- Yo también Manu – respondí mientras sacaba mi polla de su culo y ambos nos corríamos a la vez encima de su cuerpo. 
- A sido brutal abu – dijo Manu.
- Si que lo ha sido cariño – dije mientras le abrazaba – espero que no sea la última vez que hagamos algo así.


Y así fue, esa semana no pescamos nada de nada porque no salimos de la habitación y ahora cada vez que los estudios se lo permiten nos escapamos a “pescar”.

lunes, 12 de mayo de 2014

Jugamos a la consola y luego nos comemos la polla

¿Quien no se ha apostado con otro colega jugando a la consola que el que pierde la chupa? Pues estos amigos empiezan apostándose una mamada pero el juego va a más...